¡Amazonía, más que el pulmón podría ser el corazón necrosado del planeta!

El día de hoy se celebra simultáneamente en seis países de Sur y Norte América, el Día de la Amazonía, que pretende, definir cuál puede ser la ruta a considerar por los países que hacen parte de la cuenca Amazónica, esto con el fin de enfrentar las mayores amenazas para el óptimo desarrollo de esta región y avanzar en la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Por: Ferney Rojas

Coordinador de la Línea de Restauración y Conservación – CAEM

Los últimos reportes suministrados por entidades como “Center for International Forestry Research (CIFOR)” encargadas de monitorear el comportamiento de la Amazonía en términos de su cobertura externa “la piel del planeta”, no son alentadores, pues indican que en los últimos 50 años la superficie amazónica se ha reducido en un 20% pasando de 4.100.000 Km2 en 1.970 a 3.316.172 km2 en 2.017 de selva virgen y que gran parte de esta selva tropical se podría convertir en sabana, se han perdido, a fecha de 2.017, cerca de 777.204 km2 de este ecosistema, acercándose a un punto de no retorno en términos de sostenibilidad.

Como consecuencia, el territorio se convierte en un paisaje degradado de baja biodiversidad, la cadena trófica se afecta disminuyendo la humedad en toda Sudamérica, se alteraría aún más el régimen de lluvias, el aporte de la quinta parte de agua dulce, desestabilizando el clima global, afectando poblaciones endémicas de suma importancia para la sostenibilidad y el aporte de recursos de uso médico, control biológico y fuentes alimenticias, lo que conllevaría a afectar exponencialmente la vida en el planeta.

Son muchos los retos que tienen los países que integran la región Amazónica en la implementación de estrategias que permitan dar soluciones sostenibles a la actividades económicas encontradas como deforestación, agricultura, ganadería, minería y asentamientos humanos, que impactan negativamente y se constituyen en una amenaza creciente en el aporte de servicios ecosistémicos, por ello se tiene proyectado implementar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que plantean 169 metas, abarcando las esferas económica, social y ambiental.

La selva amazónica no solo es piel, es mucho más que eso y cuando hablamos de piel nos referimos no solo al suelo y a los árboles que lo soportan y protegen, tenemos que ir más allá , la generación de oxígeno y la captura de gas carbónico no son los únicos servicios que el hombre ha identificado, en términos de estructura anatómica “Pulmón del mundo”, me atrevo a afirmar que la Amazonía, más que el pulmón podría ser el ¡corazón necrosado del planeta!

A pesar de estar necrosado, sabemos que es el órgano más importante de la madre tierra, la Amazonía como el corazón es una pieza vital en el hombre y su principal función es «bombear sangre», permitiendo que circule por las venas y arterias (xilema y floema de los árboles) los elementos nutritivos que el cuerpo y la tierra necesitan, generando un ciclo esencial de conexiones biológicas únicas para la formación de la vida.

Podría afirmar que la Amazonía presenta, no solo uno, sino muchos coágulos que impiden el paso de la sangre, impidiendo que se realicen funciones básicas de equilibrio para el sistema, y que, en este punto, ya existe una ruptura de varias venas y arterias que están provocando hemorragias, ahogando la selva.

Se requieren muchas décadas para encontrar el equilibrio perdido, sin embargo, pareciera que la frase “recursos naturales renovables” fuera infinita y que a pesar de haber sobrepasado la línea de no retorno, la necrosis cardíaca ya cerró las puertas al entendimiento, con la pérdida total del sentido común en la raza humana y con los pronósticos que hace tres décadas no creíamos posibles, hoy ya parecen profecías inminentes.

Esta reflexión nos lleva a cuestionarnos en múltiples ámbitos, ¿Cómo generar conciencia sobre la importancia estratégica del bioma amazónico para la comunidad, la región y el país? ¿Cuál es el futuro y la visión que se quiere para la región?, ¿De qué forma vamos a aportar nuestro grano de arena?, ¿Qué está haciendo el sector empresarial? Como mínimo, en este día de conmemoración esperamos algunos resultados, primero, sensibilizar a las partes interesadas en la región y a los jóvenes sobre la importancia de su desarrollo sostenible, seguido de movilizar las instituciones para apoyar la aplicación a nivel nacional y regional de los ODS y finalmente debatir sobre una hoja de ruta para la consolidación de metas en la Amazonía.

Comparto con todos los lectores, un video emitido por la Presidencia de la República de Colombia, que sintetiza los efectos de la deforestación y la perdida de diversidad a nivel de Colombia, la invitación es que no nos arranquemos la “piel”, detengamos su deterioro y transformemos el ecosistema de la Amazonía.

¿Qué está haciendo CAEM? [1]: Por medio de su programa Hojas Verdes, La CAEM contribuye a mejorar el entorno de las ciudades y regiones y promueve una gestión ambiental empresarial eficiente y replicable para incrementar la productividad y la creación de valor compartido con la siembra y mantenimiento de árboles de especies nativas, realizamos un uso sostenible de los corredores biológicos que reincorporamos a la estructura ecológica principal de las regiones, un programa creado por la Cámara de Comercio de Bogotá y operado por su filial la Corporación Ambiental Empresarial desde hace 33 años, con esta una estrategia ambiental se ha contribuido a solucionar problemas de deforestación, perdida de diversidad biológica y recuperación de zonas degradadas, apoyados en líneas de investigación-acción y educación ambiental, aportando a las metas de  desarrollo sostenible y cambio climático en Colombia; HOJAS VERDES en un programa modelo de RSE, va dirigido a la comunidad y población en general y ecoturistas, los empresarios aportan recursos para sostenibilidad del programa.

Apoyar este tipo de iniciativas requiere de acciones mancomunadas por parte del sector público-privado generar alianzas estratégicas en pro de la conservación y restauración de nuestros bosques es lo que nos permitiría afirmar que ya tenemos un primer camino recorrido con un modelo de transferencia que permita replicar en cualquier región del país corredores biológicos reforestados para la generación de vida y servicios ecosistémicos para el mundo entero.

[1] https://www.caem.org.co/old/

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